19 enero, 2009

Samarcanda

En nuestros días, los viajeros tienen demasiada prisa, prisa por llegar, por llegar a toda costa, pero no se llega solamente al final del camino. En cada etapa se llega a alguna parte, a cada paso se puede descubrir una cara oculta de nuestro planeta, basta con mirar, con desar, con crecer, con amar.

-Samarcanda-

Amin Maalouf

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06 enero, 2009

Volver a empezar

¿Acaso alguna vez tú has sentido ese dolor? –preguntó buscando refugio en la huidiza mirada que la contemplaba. Una duda, y el silencio llenó de frío la habitación...
Fue justo en ese momento cuando algo cambió dentro de ella, cuando alcanzó a comprender que se encontraba totalmente sola y que ese sentimiento no la abandonaría hasta el fin de sus días. Carecían de valor los puñados de billetes que durante años había conseguido juntar, los múltiples amantes de una noche que habían desaparecido tan fugazmente como habían llegado, dejando vanas promesas de un futuro mejor entre sus sábanas. Su vida estaba vacía, le pesaba tanto como un corazón marchito que ya no tiene fuerzas para latir. Sin darse cuenta se habían extinguido todas sus ilusiones, ya no recordaba tan siquiera lo que en otro tiempo le hacía sentir bien, los días y las noches se juntaban y eran lo mismo para ella.
Todo había perdido su sentido y valor, únicamente albergaba la remota ilusión de abandonar cuanto le rodeaba, aún podía marchar lejos, con ligero equipaje, y volver a empezar donde las noches tuviesen otro color que no fuese el de esa luz de neón del desvencijado club de carretera, que a modo de faro en la oscuridad atraía oleadas de náufragos en busca de unos minutos de caricias a cambio de monedas, ó simplemente una conversación y el efímero calor humano.

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12 noviembre, 2007

El principio

Es cierto, y no hacía falta que lo explicara con palabras, sus ojos transmitían todo aquello que su boca se esforzaba por ocultar puertas adentro. No le angustiaba sobremanera el peso de la semana, dejar desierta la cálida cama de madrugada para arreglarse y dirigirse un lunes más a su rutinario e insípido trabajo. No obstante, a su pesar, en ningún momento le abandonaba ese frío sentimiento de estar perdiendo el valioso tiempo (la vida) sin llegar a hacer nada realmente cabal por exprimirlo o aprovecharlo según sentía, se le escurría entre sus dedos como arena. La semana se tornaba para ella en una suma de “debes y haberes” entre los que apenas encontraba espacio para la soledad que le rodeaba, para el silencio y la calma, de ese modo, antes que lo percibiera aparecía antes sus ojos la alargada sombra del venidero Viernes (para algunas personas oasis en el desierto), y es aquí donde toda esa tristeza y soledad que a lo largo de la semana dejaba esquiva entre las montañas de facturas y albaranes se le venía encima de golpe, le crecía entre sus pies como enredadera que trepa y se cuela por todos los poros de la piel hasta llegar a helar lo más profundo de su interior. Pasaban las semanas y los días, las promesas y los años; seguían las noticias de hombres que no cesaban de alimentar las fauces de la muerte con excusas de guerras que no se comprenden, muros que se derrumbaban para levantar otros más altos aún, ininteligible entelequia del hombre contemporáneo. El silencio y el olvido ó el recuerdo de ese olvido, y nuevamente frente a frente, sus ojos, más tristes y cansados que entonces siguen siendo ventanas abiertas a un mundo que se emborrona cuál dibujo bajo la lluvia. Y al caer la tarde, en la casa le aguardan cosas por hacer que son lastres del fin de semana ya finalizado, resquicios de esperanza que ahora arrastra y desprende a cada paso como polvo de estrellas, dibujando un vía láctea que nos hace orbitar más y más lejos, sintiendo que la distancia real no es el espacio físico que separa los cuerpos sino el frío y “olvido” que poco a poco crece en nuestro interior. Cansada, regresa a la calidez de su vacío apartamento, y trata de apurar las últimas horas de un lunes con reminiscencias de domingo, como si de ese modo el resto del fin de semana ya fuera dado por bien empleado, vano engaño que sigue jugando con ella al escondite. Deshoja en la margarita “el quiero”, “el debo”, “el puedo” y “el siento”, y el sueño acude a su encuentro, fugaz y cálido antes de encontrar una precisa respuesta.

Mañana el despertador, una vez más antes que amanezca, y como casi todos los años por estas fechas volverá la sorpresa a encender el brillo de sus ojos, la ilusión calentará al menos por un día la sangre que se heló bajo su piel, para nuevamente volver a sumergirle en la soledad que paso a paso desde el comienzo fue creando y habitando, pero sucede que después de todo, las personas no somos tan distintas, “los normales” y los “no normales”, “los normales” y los “no normales”, los “no normales” ¿”normales”?... después de todo, quizá, no somos tan distintas; las personas…

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29 septiembre, 2007

Luvina

-Por cualquier lado que se mira, Luvina es un lugar muy triste. Usted que va para allá se dará cuenta. Yo diría que es lugar donde anida la tristeza. Donde no se conoce la sonrisa, como si a toda la gente le hubieran entablado la cara. Y usted, si quiere, puede ver esa tristeza a la hora que quiera. El aire que allí sopla la revuelve, pero no se la lleva nunca. Está allí como si allí hubiera nacido. Y hasta se puede probar y sentir, porque está siempre encima de uno, apretada contra de uno, y porque es oprimente como una gran cataplasma sobre la viva carne del corazón

>>…Dicen los de allí que cuando llena la luna, ven de bulto la figura del viento recorriendo las calles de Luvina, llevando a rastras una cobija negra; pero yo siempre lo que llegué a ver, cuando había luna en Luvina, fue la imagen del desconsuelo… siempre.

-Luvina-

Juan Rulfo

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25 julio, 2007

Cambio de planes

El tiempo, en un susurro se detuvo entre sus brazos. Acariciaba la lluvia que caía desde dentro, mientras a través de sus ojos contemplaba los sueños partir en forma de cientos de azules mariposas. El bálsamo de sus caricias cerraba las antiguas heridas y sus palabras le hacían cobrar conciencia de lo exiguo de un tiempo que ya se consume...
Madrugada, el último portazo, silencio; y de nuevo la soledad deslizándose como un fantasma por la casa, con las alas aún mojadas prepara el escaso equipaje, se desprende del vano lastre que en otras vidas le impedía volar, ha de desprenderse, desprenderse y prepararse para el último vuelo, la vuelta a casa. Como si de un puzzle gigantesco se tratara, cada pieza va ocupando su lugar, la vida se le escurre y poco a poco todo encaja, y sobre la mesa una carta con posdata:

”Amar no es sólo amar; es conquistar. Si quieres... yo te enseño”

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14 julio, 2007

La noche del oráculo

-Los pensamientos son reales -sentenció-. Las palabras son reales. Todo lo humano es real, y a veces conocemos las cosas antes de que ocurran, aun cuando no seamos conscientes de ello. Vivimos en el presente, pero el futuro está siempre en nosotros. Puede que el escribir se reduzca a eso, Sid. No a consignar los hechos del pasado, sino a hacer que ocurran cosas en el futuro.
-La noche del oráculo-
Paul Auster

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24 junio, 2007

Los portadores de sueños


En todas las profecías está escrita la destrucción del mundo.

Todas las profecías cuentan que el hombre creará su propia destrucción.

Pero los siglos y la vida que siempre se renueva engendraron también una generación de amadores y soñadores,
hombres y mujeres que no soñaron con la destrucción del mundo,
sino con la construcción del mundo de las mariposas y los ruiseñores.

Desde pequeños venían marcados por el amor.
Detrás de su apariencia cotidiana
Guardaban la ternura y el sol de medianoche.
Las madres los encontraban llorando por un pájaro muerto y más tarde también los encontraron a muchos muertos como pájaros.
Estos seres cohabitaron con mujeres traslúcidas y las dejaron preñadas de miel y de hijos verdecidos por un invierno de caricias.
Así fue como proliferaron en el mundo los portadores sueños,
atacados ferozmente por los portadores de profecías habladoras de catástrofes. Los llamaron ilusos, románticos, pensadores de utopías dijeron que sus palabras eran viejas y, en efecto, lo eran porque la memoria del paraíso es antigua el corazón del hombre.
Los acumuladores de riquezas les temían lanzaban sus ejércitos contra ellos,
pero los portadores de sueños todas las noches hacían el amor
y seguía brotando su semilla del vientre de ellas que no sólo portaban sueños sino que los multiplicaban y los hacían correr y hablar.
De esta forma el mundo engendró de nuevo su vida como también habia engendrado a los que inventaron la manera de apagar el sol.

Los portadores de sueños sobrevivieron a los climas gélidos pero en los climas cálidos casi parecían brotar por generación espontánea.
Quizá las palmeras, los cielos azules, las lluvias torrenciales
Tuvieron algo que ver con esto,
La verdad es que como laboriosas hormiguitas estos especímenes no dejaban de soñar y de construir hermosos mundos, mundos de hermanos, de hombres y mujeres que se llamaban compañeros, que se enseñaban unos a otros a leer, se consolaban en las muertes, se curaban y cuidaban entre ellos, se querían, se ayudaban en el arte de querer y en la defensa de la felicidad.

Eran felices en su mundo de azúcar y de viento de todas partes venían a impregnarse de su aliento, de sus claras miradas hacia todas partes salían los que habían conocido portando sueños
soñando con profecías nuevas que hablaban de tiempos de mariposas y ruiseñores y de que el mundo no tendría que terminar en la hecatombe.
Por el contrario, los científicos diseñarían puentes, jardines, juguetes sorprendentes para hacer más gozosa la felicidad del hombre.

Son peligrosos - imprimían las grandes rotativas
Son peligrosos - decían los presidentes en sus discursos
Son peligrosos - murmuraban los artífices de la guerra.

Hay que destruirlos - imprimían las grandes rotativas
Hay que destruirlos - decían los presidentes en sus discursos
Hay que destruirlos - murmuraban los artífices de la guerra.

Los portadores de sueños conocían su poder por eso no se extrañaban también sabían que la vida los había engendrado para protegerse de la muerte que anuncian las profecías y por eso defendían su vida aun con la muerte.
Por eso cultivaban jardines de sueños y los exportaban con grandes lazos de colores.
Los profetas de la oscuridad se pasaban noches y días enteros vigilando los pasajes y los caminos buscando estos peligrosos cargamentos que nunca lograban atrapar porque el que no tiene ojos para soñar no ve los sueños ni de día, ni de noche.

Y en el mundo se ha desatado un gran tráfico de sueños
que no pueden detener los traficantes de la muerte;
por doquier hay paquetes con grandes lazos que sólo esta nueva raza de hombres puede ver la semilla de estos sueños no se puede detectar porque va envuelta en rojos corazones, en amplios vestidos de maternidad donde piecesitos soñadores alborotan los vientres que los albergan.

Dicen que la tierra después de parirlos desencadenó un cielo de arcoiris y sopló de fecundidad las raíces de los árboles.
Nosotros sólo sabemos que los hemos visto sabemos que la vida los engendró para protegerse de la muerte que anuncian las profecías.


-Los portadores de sueños-
Giconda Belli

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22 junio, 2007

Viejo

Cuenta su voz mientras su mirada se pierde en la lejanía, que todas las mañanas regresan a su mente voladores soplos de vida ya consumados junto a otras personas, en otros lugares donde el principio se solapa con el final, donde todo lo inaplazable termina por regresar a su punto de partida. Desnudas espaldas en las que sus labios dibujaron siluetas, tardes de calor en las que enredaba su deseo junto al fresco perfume de una larga cabellera azabache, y todas esas maneras de mirar que guarda en lo más profundo de su corazón…
A estas alturas ya no es capaz de discernir si estos cálidos recuerdos aparecen espontáneamente ante sus ojos, o si por el contrario es él quién los busca y se abraza a ellos para que no le abandonen y de esa manera pueda seguir recordando quién es, antes que el paso de los años llegue como un ladrón en la noche y la distancia y el olvido terminen por robarle cuanto abriga en su interior. Recuerda unas manos que eran jóvenes y fuertes, unas piernas que le llevaban a todos los lugares, sus ojos siguen ahogando quebrantos frente a un vaso de pócima de sueños, vano se elixir de quebrada juventud, en las calles sólo el repicar de la incesante lluvia...

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26 mayo, 2007

Mama Tierra (Macaco)

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20 mayo, 2007

La mejor sonrisa

Cada amanecer el nuevo día la encuentra bien despierta, se levanta temprano para recibir con los brazos abiertos la magia de un nuevo sol que todo lo ilumina con su luz y calor. Todas las mañanas se viste con una amplia sonrisa, perfuma su piel con los mejores deseos que puede transmitir a quienes comparten un pedazo de su tiempo con ella, y se engalana con la paz y calma que contagia con su serena mirada y cálidas palabras.
Pero hoy sonaba el despertador y sus ojos querían seguir dormidos, ajenos al sol que se asomaba delator entre las cortinas de su desordenado cuarto mientras en su cabeza los fantasmas del “quiero y no puedo” se tornaban presentes. Hoy, comprendía que poco a poco su mundo se iba volviendo más y más pequeño, y sus pasos cada vez más lentos sin encontrar el lugar al que llegar...

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15 mayo, 2007

Carretera otra vez

Carretera otra vez ante sus ojos, y el rugido del motor que ronronea adormeciendo los ecos de incertidumbres presentes y pretéritas. Él, pisaba el acelerador de su viejo coche a la par que su mente viajaba lejos, a su espalda todas esas nevadas cordilleras que poco a poco se despedían del tacto de su mirada a través del espejo retrovisor. Una vez más había logrado abrigar la precisa tregua que acudía a su encuentro concediéndole algún resquicio de paz , calma y conocida soledad. Kilómetro a kilómetro la tarde avanzaba inexorable, el cielo; recortado por las caprichosas formas de las montañas se iba vistiendo con esos colores anaranjados que tanto le apaciguan el alma.
Mientras tanto en una céntrica plaza de Madrid, el sol calentaba con una media sonrisa que arropaba las almas de todos esos "urbanitas” que como si de un ritual se tratara dirigían sus pasos al concurrido punto de encuentro mientras la tarde iba diciendo adiós. Y ella, con su sonrisa de niña y mirada de vieja pantera caminaba ante los ojos expectantes de quienes allí se encontraban, un malabarista haciendo de las suyas con el diábolo, sonaban tam-tames que no "hablaban" de revolución, ecos de otras vidas que transitan paralelas a la nuestra... y en esos momentos, efímeros como un pestañeo; la vida de nuevo comenzó su rodar... era una tarde de domingo donde la magia de lo sencillo se mostraba silente y cercana...

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12 octubre, 2006

Todos los nombres

Hablaron poco mientras bebían café y mordisqueaban una galleta, apenas algunas palabras sobre la rapidez con que el malvado tiempo pasa. Pasa, y ni nos damos cuenta, hace poco todavía era mañana y ya la noche está ahí, en realidad se notaba que la tarde iba llegando a su fin, pero tal vez estuviesen hablando de la vida, de sus vidas, o de la vida en general, es lo que sucede cuando asistimos a una conversación y no estamos atentos, siempre lo más importante se nos escapa

-Todos los nombres-
José Saramago

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21 agosto, 2006

Ocho

De las noches de Agosto por Madrid,
de las amigas que son dulces,
de los abrazos cuando hace frío,
de las canciones de "Secretos" en forma de ranchera,
del tequila que se derrama,
de los hoteles que por horas se pagan,
del quererse quedar a dormir,
del aguila,
y de la mariposa.
De los micromomentos que nos hacen grandes,
de los melones que melones SIEMPRE son.
Niña Melón

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07 agosto, 2006

La hora de los valientes

Sonaba una suave melodía, el calor había cejado en su empeño y una ligera brisa entraba por la ventana. La noche era apacible y relajante e invitaba al descanso y al sueño, pero su ojos seguían abiertos de par en par. Vecinos fantasmas se cobijan esta madrugada tras su mirada y nuevamente un gran interrogante planea sobre el sueño que ocasionalmente acude a su encuentro y raudo desaparece entregándole sin aviso en manos de esas sombras que ahora parecen tornarse reales y amenazantes. Sabe que ya no hay lugar para desandar los pasos que le han llevado donde hoy se encuentra, su reloj le avisa del escaso tiempo que le resta antes que se su vida dé un inesperado y brusco giro. Mañana a estas horas la incertidumbre que le corroe el alma se tornará cierta o liviana , su tiempo se agota al igual que la florida primavera al ceder paso al verano que cada vez tiene más urgencia por llegar, y una vez más busca en lo más hondo de su interior para juntar los pedacitos de valor de los que aún dispone, hace acopio de fuerzas y poco a poco sus ojos se cierran mientras se despide de todos esos seres que en alguna ocasión le brindaron su calor. Escasas horas son la frontera que ha de salvar para partir a una batalla de la que teme no salir airoso esta vez, pero es un guerrero y como tal su corazón le empuja a luchar…

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28 julio, 2006

Cansada de buscarte

Era media noche y ese incesante calor seguía impidiéndole pegar ojo, agotada por tantas vueltas en su maltrecho colchón se incorporó tratando de encontrar sus zapatillas en la oscuridad mientras sus pies desnudos se posaban sobre el refrescante suelo, caminó descalza hasta el balcón y encendió un cigarrillo; fue entonces cuando recordó sus ausentes caricias y el placer inesperado que le producía su perecedera compañía. Con cada aliento de humo que expulsaba de su boca se sentía más relajada y ligera, retornaban a su cabeza esos antiguos lugares recorridos a tientas en otra vida, y comenzó a vagar entre los vestigios de ese naufragio intentando recordar el matiz de aquella mirada que inesperadamente alimentaba su alma. Pero hoy se encuentra tan lejos que sus ojos se solapan con el olvido, antiguas caricias que ahora son tedio y cansancio, sobre ella un cielo oscuro y estrellado que parece ajeno a su pesar, y en su cabeza una y otra vez se repite la misma pregunta; -¿tomarás algún día de nuevo mi mano... huidiza felicidad?

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