06 enero, 2009

Volver a empezar

¿Acaso alguna vez tú has sentido ese dolor? –preguntó buscando refugio en la huidiza mirada que la contemplaba. Una duda, y el silencio llenó de frío la habitación...
Fue justo en ese momento cuando algo cambió dentro de ella, cuando alcanzó a comprender que se encontraba totalmente sola y que ese sentimiento no la abandonaría hasta el fin de sus días. Carecían de valor los puñados de billetes que durante años había conseguido juntar, los múltiples amantes de una noche que habían desaparecido tan fugazmente como habían llegado, dejando vanas promesas de un futuro mejor entre sus sábanas. Su vida estaba vacía, le pesaba tanto como un corazón marchito que ya no tiene fuerzas para latir. Sin darse cuenta se habían extinguido todas sus ilusiones, ya no recordaba tan siquiera lo que en otro tiempo le hacía sentir bien, los días y las noches se juntaban y eran lo mismo para ella.
Todo había perdido su sentido y valor, únicamente albergaba la remota ilusión de abandonar cuanto le rodeaba, aún podía marchar lejos, con ligero equipaje, y volver a empezar donde las noches tuviesen otro color que no fuese el de esa luz de neón del desvencijado club de carretera, que a modo de faro en la oscuridad atraía oleadas de náufragos en busca de unos minutos de caricias a cambio de monedas, ó simplemente una conversación y el efímero calor humano.

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1 Comments:

Blogger ideas said...

En esta sociedad en la que la soledad es una plaga que se extiende, pienso que habrá cada vez más demanda de afecto a todo a cien... y siento pena no sólo por los que se ven avocados a vender su calor humano, sino tambien por aquellos que sólo encuentran afecto, a cambio de unas monedas...

Bienvenido a casa

07 enero, 2009  

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