Cansada de buscarte
Era media noche y ese incesante calor seguía impidiéndole pegar ojo, agotada por tantas vueltas en su maltrecho colchón se incorporó tratando de encontrar sus zapatillas en la oscuridad mientras sus pies desnudos se posaban sobre el refrescante suelo, caminó descalza hasta el balcón y encendió un cigarrillo; fue entonces cuando recordó sus ausentes caricias y el placer inesperado que le producía su perecedera compañía. Con cada aliento de humo que expulsaba de su boca se sentía más relajada y ligera, retornaban a su cabeza esos antiguos lugares recorridos a tientas en otra vida, y comenzó a vagar entre los vestigios de ese naufragio intentando recordar el matiz de aquella mirada que inesperadamente alimentaba su alma. Pero hoy se encuentra tan lejos que sus ojos se solapan con el olvido, antiguas caricias que ahora son tedio y cansancio, sobre ella un cielo oscuro y estrellado que parece ajeno a su pesar, y en su cabeza una y otra vez se repite la misma pregunta; -¿tomarás algún día de nuevo mi mano... huidiza felicidad?Etiquetas: frente al espejo






















