Al amanecer

Mañana cuando amanezca quizá busques su cara con tus pequeñas manos mientras sientes como palpas lo que queda de su ausencia sobre el insomne colchón. Puede que desees sus besos encendidos cuando los ruidos de las frías calles te arranquen de los brazos de Morfeo, y que sientas como su cálido aliento acaricia tu carita de niña mientras una lágrima se aleja de tus pupilas rodando sin rumbo por tu mejilla, lágrima que no recuerdas de donde procede; que se torna azufre y sal en las heridas aún sin cicatrizar.

Mañana por la mañana él seguirá a tu lado. Mañana cuando amanezca él seguirá cuidando de tus sueños e ilusiones, como cuando apenas empezabas a abrir los ojos ante ese mundo que tanto te fascinaba y que ahora tan sólo consigue dejarte vacía, yerma y en un rincón. Él seguirá siendo esa sombra que cuida de los pasos que das, que te lleva de la mano y te deja libertad cuando decides volar, seguirá cuidando de ti sin que tú a penas lo sepas y de tal modo que sentirás todo su calor.

Permítele la licencia de que lea tu letra pequeña, esa que dices nadie se detuvo a contemplar, esa que se encuentra empañada por borrones de tinta y lluvia de lágrimas...él fijará sus ojos en ella.... no necesita nada para ser feliz.

Mañana por la mañana cuando no le veas al abrir los ojos, no pienses que ya no está junto a ti, ciérralos de nuevo y observa con el corazón; podrás comprobar que en ningún momento se alejó y que a tu verita por siempre permanecerá. Mañana y siempre seguirá a tu lado.

Cuidando tus sueños.